Tengo el secreto para la felicidad, es algo bien sencillo pero que en general nadie se aviva de cómo es.
La cosa es bien fácil, todo se centra en que sólo hay que saber comparar, sí, así de choto simple es. ¿Acaso nunca escucharon eso de que quien sabe comparar será eternamente feliz?
¿No? ¡Por algo tienen esas vidas de porquería! :P

Entonces se preguntarán cómo se aplica eso a sus vidas y lo voy a explicar con un ejemplo: cuando me siento un poco triste, ¿qué es lo que hago? Escucho música deprimente, de esos que podríamos catalogar como golpes bajos musicales hasta que me doy cuenta que me podría sentir mucho peor y podría estar más triste, entonces veo que no tengo muchos motivos para sentirme tan infeliz.

Otro ejemplo: luego de haber aprobado el bachillerato realmente no sentía que era algo del otro mundo, digamos que lo había tomado como un trámite más. ¿Qué pasó para que cambiara eso? Me vino a la mente la imagen de un compañero mío de primer año de liceo, que ahora recorre las calles con un carrito buscando algo para comer. También me acordaba de los que no pudieron terminar porque comenzaron a trabajar, no porque no quisieran estudiar, porque en su momento tuvieron que optar entre morirse de hambre o estudiar y bueno... (y son bastantes). Entonces ahora sí me parece algo importante haber terminado.

La cosa es que si uno sabe comparar bien va a poder valorar ciertas cosas, que quizá no sean tan importantes, pero hay que tenerlas en cuenta también a la hora de quejarse de ciertas cosas.