Un 16 de Julio de 1950 Moacyr Barbosa, arquero de la selección brasileña de fútbol no pudo atajar un gol que terminó definiendo a Uruguay como el campeón del mundo ése año.
Casi 50 años después de aquel partido la gente todavía lo reconocía y no le perdonaba el haber fallado.
En una de las pocas entrevistas que dio comentó uno de los episodios que más lo marcaron:
"Fue una tarde de los años 80 en un mercado. Me llamó la atención una señora que me señalaba con el dedo, mientras la decía en voz alta a su chiquito: Mira, hijo... Ese es el hombre que hizo llorar a todo Brasil."Luego también comentó:
"En Brasil la pena que la ley establece por matar a alguien es de 30 años. Están por cumplirse 50 de aquella final y yo sigo encarcelado: la gente todavía dice que soy el culpable."El hombre simplemente falló al atajar una pelota en un partido y nunca se lo perdonaron, sabiendo incluso que era un juego.
Entonces me vuelvo a cuestionar si realmente podemos y sabemos perdonar.
Yo creo que el que sabe comprender las cosas sabe perdonar también, eso es lo importante, comprender las cosas.