Todos los caminos van a ninguna parte
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Gran mentira repetida y que por desgaste se convierte en presión, esa de
que tenemos que saber hacia dónde estamos yendo. Tenemos que suponer que
estamo...
El Tren fantastama de Montevideo es de las cosas más tristes que hay en la ciudad. Quizá hace unos años asustaba, ahora da penita. Creo que la vuelta no llega a durar un minuto y el horror es que cuando termina, te das cuenta que te robaron la plata con la entrada, je.